IV Gabinete de crisis de ficciones políticas

jueves, 27 de marzo de 2014

40:00

ACTA_SESIÓN 2_Mario Sánchez Herrero
 
Día: 2014-03-13
Hora: 19.30 
Lugar: We Traders. Nave 16. Matadero Madrid
Experto invitado: Mario Sánchez (MS)
Asistentes:  Uriel Fogué (UF), Carlos Palacios (CP), Pepe Vela (PV)
Oyentes: 35 aprox.




 Abre la sesión Uriel Fogué dando la bienvenida a la última sesión del  IV Gabinete de Crisis de Ficciones Políticas. Se da comienzo a la sesión con la proyección de una escena de la película Soylent Green, donde se muestra unos ciudadanos que habitan un escenario radical en el año 2022, donde tienen que producir la energía de sus espacios domésticos mediante ejercicios físicos del cuerpo. Se introduce el tema de la escala, del espacio interior y del cuerpo, como vectores bajo los que abordar el debate.

Por otro lado, se enuncian las últimas noticias relacionadas con la crisis: se ha constatado la aparición de nuevos grupos disidentes, que desafían la Isla energética, ya sea traficando con energías fósiles en el mercado negro o mediante actos terroristas espontáneos de súper consumo energético para desestabilizar la balanza de ahorro energético.

Ana Herreros introduce al invitado, Mario Sánchez Herrero, quien pasa a exponer la aproximación política al problema:

-Cambio de gobierno. Es posible que el gobierno actual deje de existir si se enfrenta con los oligopolios. Es preciso aprovechar la situación para repolitizar el espacio ciudadano que debe dejar de ser pasivo, frente al antiguo funcionamiento centralizado y autoritario de las grandes compañías.

-Rehabilitación de infraestructuras. Bajo el marco de la Isla energética, muchas de las infraestructuras operativas actualmente, constituyen un activo no amortizado y además, pasarán a estar obsoletas.

-Transformaciones económicas. Muchas tecnologías de gran escala (que necesitan recursos dependientes del exterior), como las centrales de ciclo combinado están avocadas a la quiebra.

-Empoderamiento de los ciudadanos. Un modelo autosuficiente es viable, tanto desde un punto de vista económico, como técnico. Es imprescindible constituir diversos equipos de trabajo para organizar dicho modelo energético y demostrar su viabilidad. El primero, un equipo técnico para optimizar los recursos y diseñar el despliegue infraestructural. También, para gestionar la intermitencia en la producción de fuentes como el sol o el viento. El segundo será un equipo económico para configurar la política presupuestaria y la financiación del nuevo modelo energético. A día de hoy es mas barato producir electricidad con energías limpias. De hecho, si algo sobra en el mundo es dinero. El experto aporta algunos datos: En este momento el diferencial con el bono alemán está por debajo de los 200 puntos básicos; la razón por la que endeudarse sea tan barato se debe a que el dinero circula de manera extraordinaria, con el consiguiente riesgo de una nueva burbuja. El tercero sería un equipo de comunicación, encargado de hacer llegar el mensaje a toda la población y contrarrestar la propaganda de las grandes compañías. Los tres equipos deben trabajar para cambiar en un plazo de dos años la visión de la ciudadanía.

Carlos Palacios, pregunta sobre la repercusión de las medidas expuestas por el experto en el bienestar y en la calidad de vida. ¿Cómo prevé ese futuro? ¿Luchando por el petróleo, como en Mad Max? Otros miembros del Gabinete exponen su temor a que los cambios deriven en propuestas políticas populistas. ¿Cuál es la relación del populismo y el empoderamiento ciudadano? Por otro lado, si las grandes empresas, que la actualidad cubren una parte importante del suministro energético del país quiebran, tal vez deberían ser nacionalizadas, como paso previo a la autogestión y, de esa manera, evitar empezar de cero. En opinión de MS la solución no pasará por un modelo centralizado, en oposición al modelo neoliberal. Lo que hará posible un cambio de paradigma energético es que los ciudadanos seamos los responsables de proveernos de nuestra propia energía. Los ciudadanos deben dejar de ser pasivos para pasar a ser los protagonistas. En cuanto a las inversiones exteriores, MS confía en que si el país ha sido capaz de atraer inversiones con un modelo podo adecuado, sin duda hay que plantear estrategias para atraerlos con medidas de choque y un modelo claro de transición. Pero, en ningún caso, hay que asumir las inversiones fallidas en tecnologías que se demuestran obsoletas para afrontar la crisis.

Un miembro del Gabinete pone como ejemplo de empoderamiento, los huertos urbanos de Madrid y propone una red de talleres para concienciar acerca de la importancia de reducir el consumo energético, tanto en las viviendas como en las empresas. Otro miembro desarrolla el argumento para señalar la relevancia del espacio doméstico como centro político del cambio, planteando que el empoderamiento no se producirá sustituyendo las centrales por molinos de viento, sino a escala doméstica. Pone de ejemplo los proyectos de la oficina elii para explicar la dimensión interescalar de la energía y el diseño de estrategias de afecto.

Otro miembro propone un carnet por puntos que premie la reducción de consumo. No obstante recalca el problema de la pobreza energética para plantear la posibilidad de entender la red distribuida como una oportunidad de redistribución de la energía lo que, a su vez, se podría beneficiar de beneficios fiscales. MS apunta la necesidad de dotar a la ciudad de focos de almacenamiento no contaminantes para equilibrar la red y regular la complementariedad entre los diferentes sistemas de generación. Insiste en que el objetivo primordial, antes de las medidas tipo carnet o beneficios fiscales, es demostrar y trasladar a los ciudadanos que los únicos capaces de acelerar el proceso son ellos. El tabaco es un buen ejemplo para explicar la posibilidad de llevar a cabo grandes transformaciones sociales en plazos cortos. Otro elemento a favor de la transformación del modelo se basa en la gran velocidad de implantación de los dispositivos de energía eólica y fotovoltaica, lo que posibilita alcanzar la independencia. En consecuencia, los ciudadanos pueden y deben tomar el control de sus infraestructuras energéticas de aquí a pocos años.

Teniendo en cuenta las transformaciones sucedidas en otros momentos históricos donde se ha producido un desarrollo masivo de infraestructuras de gran escala, expone UF, es previsible que este nuevo escenario también conlleve una transformación radical en otras esferas de nuestra vida, ya sea la de la comunidad política, la ordenación del paisaje, el espacio doméstico, las costumbres, los ritos sociales, la alimentación, las infraestructuras, el cuerpo…etc. En consecuencia, plantea UF, sería imprescindible añadir nuevos equipos, aparte del económico, el técnico y el de comunicación. Un cuarto equipo debería encargarse de la construcción de nuevas narrativas capaces de crear una cultura diferente y no un simple escenario simétrico por oposición dialéctica. Parece que también va a ser imprescindible complementar el equipo de comunicación con uno de marketing. Otro equipo podría encargarse de nuevas tecnologías. Este equipo tendrá que encargarse de múltiples cometidos relativos a la gestión y elaboración de la información pero, también, será el responsable de la “traducción” del lenguaje en el que normalmente están enunciadas las problemáticas relativas a la energía (como kilowatios) a un lenguaje comprensible por los ciudadanos. Otro grupo debería ser el equipo político. Empoderamiento no significa ausencia de política, sino más política. Este grupo deberá armar el contexto críticamente y deberá definir los marcos políticos de la nueva situación. Otro posible equipo podría ser el de archivo, encargado de la organización de la documentación, tanto del presente, como de la arqueología. Por ejemplo, podría ocuparse de registrar y estudiar las experiencias similares desarrolladas hasta la fecha y el desarrollo de los diferentes experimentos sociales que se están llevando a cabo para que éstos puedan ser evaluados. Otro, deberá centrarse, como ya se ha enunciado, en el lenguaje. Otro, en el diseño y la experiencia. Y seguro que hay más equipos que se irán descubriendo según se vaya conformando esta nueva cultura. Un oyente plantea la necesidad de incorporar un equipo artístico capaz, por ejemplo, de problematizar los conceptos con los que normalmente convivimos y replantearlos con un nuevo lenguaje.

MS señala la importancia de focalizar el esfuerzo de estos equipos hacia el cuestionamiento de ciertos conceptos-base fuertemente asumidos e interiorizados por la sociedad, como la dialéctica de crecimiento/decrecimiento o la connotación negativa arraigada en la sociedad que tiene el decrecimiento. Además insta a no limitarse los modelos comparativos sino desarrollar modos de comunicación que se desarrollen en términos cualitativos. Además, añade, el modelo actual basado en una lógica económica entendida desde la producción, donde el consumo está al servicio de la misma, debe ser replanteado por uno alternativo que entienda la economía desde el punto de vista del consumidor y ponga la producción al servicio de las necesidades humanas. Desde el mundo de la energía, concluye, se produce la oportunidad de cambiar el paradigma hacia uno nuevo donde yo, como consumidor, decido dotarme de la energía que necesito.

El debate toca su final con una última batería de preguntas. CP, pregunta: en el caso de que se consiguiese la implantación de este nuevo modelo ¿qué ocurriría con los grupos “disidentes” que se aferren al modelo anterior? ¿Cómo se puede plantear la convivencia con estos modelos? En la última intervención de la sesión, AH plantea si se deben enfocar los esfuerzos en el ciudadano actual y si no sería mejor concentrarse en la formación y la educación de los futuros ciudadanos, que serán los que realmente usarán y vivirán bajo este nuevo modelo. MS concluye que el cambio en la formación de los ciudadanos debe ser inminente si queremos cumplir los plazos.

Cierra la última sesión del Gabinete de Crisis Uriel Fogué, realizando un rápido resumen del ciclo de conferencias y agradeciendo al público su asistencia y participación.


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